Pasan los años, tiempos, épocas; vemos como avanza la tecnología, vienen y van modas por todos lados, pero Dios sigue siendo el mismo de siempre, es inmutable. A Él no lo domina ni el tiempo ni el espacio HE.13.8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Estamos a punto de terminar un año más de nuestra época y gracias a Dios puedo decir que estoy agradecido por todo lo que he vivido. Muchos han tenido años difíciles, quizá este año partió algún ser amado, sufrieron catástrofes emocionales, físicas, materiales; pero hoy quiero exaltar a Dios, que siempre es el mismo de siempre: incomparable.
Hay muchísimas promesas en su Palabra y espero verlas realidad en mi vida (Realmente espero que tu también) y gracias a Dios que el siempre es el mismo y mantiene lo que ha dicho, mantiene sus promesas: No me importa si hay crisis o no porque su palabra dice que el Justo por su fe vivirá (HAB.2.4) me interesa que alguna enfermedad llegue a mi vida porque Él es mi Sanador (EX.15.26) Muchos enemigos podría llegar a tener pero viviré confiado porque Él es mi Guardador (SAL.121.5) Estoy seguro que mi familia que aún no ha conocido a Dios, lo conocerá porque así lo dice su Palabra (HCH. 16.31) y lo más importante de todo, es que no le tengo temor a lo que haya más allá de la muerte porque Él es mi Salvación (RO.6.23)
Que grandioso saber que Dios nunca cambia y saber que Él tiene el control de mis tiempos, de los sueños para mí, de los propósitos… Yo solo espero ser el hijo que Él quiere que yo sea. Gracias Dios por ser el mismo de siempre!
Dios te siga bendiciendo.