“Memento Mori” es un aforismo
latino que significa “Recuerda que Morirás”
Hoy quiero hablar de la muerte, de ese acontecimiento tan crucial en la vida de los seres humanos, hace un par de días se celebró en América Latina y en algunos otros países el tradicional “Día de los Muertos”; esta es una festividad cuyo fin es recordar a aquellos que ya no están con nosotros, muchas personas llevan flores a las tumbas de sus antepasados y recuerdan como eran mientras estaban con vida, es natural también que es este tiempo se reflexione acerca de lo inevitable que es la muerte; y es que a todos tarde o temprano nos llegará el momento en que dejemos este cuerpo material, cuando nuestro corazón deje de latir y nuestros pulmones dejen de respirar, el día en que para los que queden con vida seremos solo un recuerdo mas.
Hoy quiero hablar de la muerte, de ese acontecimiento tan crucial en la vida de los seres humanos, hace un par de días se celebró en América Latina y en algunos otros países el tradicional “Día de los Muertos”; esta es una festividad cuyo fin es recordar a aquellos que ya no están con nosotros, muchas personas llevan flores a las tumbas de sus antepasados y recuerdan como eran mientras estaban con vida, es natural también que es este tiempo se reflexione acerca de lo inevitable que es la muerte; y es que a todos tarde o temprano nos llegará el momento en que dejemos este cuerpo material, cuando nuestro corazón deje de latir y nuestros pulmones dejen de respirar, el día en que para los que queden con vida seremos solo un recuerdo mas.
Es natural temer a la muerte, eso
forma parte del famoso “instinto de supervivencia” presente en el ser humano,
nadie a la verdad quiere morir, nuestro propio subconsciente nos lleva rechazar
al idea de dejar de existir; sin embargo y como lo dije antes, todos inevitablemente
hemos de dar este paso.
La Palabra de Dios nos enseña que
la muerte es algo por lo que todos debemos de pasar; Hebreos 9:27 nos dice “Y de la manera que está establecido para
los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,” sin
embargo, Dios no creó al ser humano para que muriese, el propósito de nuestro
Señor era en un principio que viviésemos para siempre con Él, fue el pecado el que
hizo que la muerte se convirtiera en parte necesaria de la existencia humana,
Dios dijo a Adán que el día que comiese del árbol del cual se le había mandado
no comer, ese día iba a morir; efectivamente el hombre murió ese día, con esa
pequeña e inicial mordida el hombre y la mujer comenzaron a morir
paulatinamente de forma corpórea pero totalmente en el ámbito espiritual.
No podemos hacer nada para
cambiar el error de nuestros padres Adán y Eva; es más, estoy seguro que si
nosotros hubiésemos estado en su misma posición habríamos hecho exactamente lo
mismo, sin embargo, aún podemos cambiar lo que nos resta de vida en algo mejor,
la forma de hacerlo es rechazando el error cometido en el Edén, manifestando
abiertamente de cara al Cielo Eterno que no deseamos ser parte de esa
maldición, cuando hacemos esto Dios mismo nos da de su propia vida, para que
nuestro espíritu vuelva a renacer la Biblia nos enseña que Dios “aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo” (Efesios 2:5); si bien es cierto la
muerte corporal llegara a nosotros un día, ese “revivir” espiritual que Dios
nos regala nos hace enfrentar ese inevitable suceso de una manera distinta, el Apóstol
Pablo decía: “Tampoco queremos, hermanos,
que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los
otros que no tienen esperanza.” (1ª Tesalonicenses 4:13).
Cuando creemos en Cristo Él se
vuelve nuestra esperanza y ya no tememos mas a la muerte porque esta se
encuentra sujeta a la voluntad de Dios (Apocalipsis 1:17-18); para los que
hemos dejado a Cristo nacer en nuestros corazones y le hemos entregado a Él
nuestro todo la muerte es sólo una antesala a una mejor y mas abundante vida
mas allá de ese sombrío umbral, el creyente recuerda que morirá, pero lo hace
con alegría y felicidad pues sabe que adelante lo espera su Señor para llamarlo
a su gozo, así como el libro de Hechos narra a Esteban mientras agonizaba a
causa de la lapidación viendo al Señor Jesús de pie para darle la bienvenida al
Cielo, así los cristianos debemos ver la muerte como el fin de nuestra obra en
la tierra y el inicio de una gloriosa “jubilación” mas allá de las puertas de
perla.
Recuerda que morirás, pero
recuerda también que si en verdad creíste en Dios ese suceso es sólo una
antesala a una gloria mayor, porque como lo dice en su Palabra “Estimada es a los ojos de Jehová La muerte
de sus santos.” (Salmos 116:15)
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