Muchas veces había leído este hermoso versículo de la Biblia, pero no ha sido hasta hace poco tiempo que se hizo como una Palabra Viva para mi: 1 CO.2.9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Llegará el momento en que seremos sorprendidos por Dios al ver lo que ojo no vio y oír lo que ningún oído ha escuchado.
Yo estoy convencido que esos sueños que Él ha puesto en tu corazón, tus anhelos más profundos que quizá NADIE conozca, esos por los que hemos llorado porque ha sido difícil seguir creyendo que van a ser realidad porque las cosas no van nada bien para serlo. El Dios creador del Universo, te esta diciendo que ni siquiera lo que has soñado y has anhelado en tu corazón es comparable a lo que Él te HA PREPARADO. ¿Lo ves? El Ministerio que tanto sueñas, la familia que tanto deseas, que tu seres más Amados lleguen a los Pies del Señor Jesús: el negocio que tanto quisieras tener; nada de eso es comparable con lo que Dios te va a dar es muchísimo más. Eso yo no lo entendía hasta hace poco, aunque las cosas no vayan muy bien que no te importe; de tu lado esta El Todopoderoso que hace las cosas que NO son como SI fuesen.
Increíble, simplemente increíble El Señor se ha preocupado tanto para que lo que Él ha preparado para nosotros sea una Realidad que nos va a guiar por el camino correcto: SAL.32.8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Estoy seguro que Dios hará su parte, a nosotros nos corresponde la nuestra, confiar, ser personas esforzadas, íntegras y apasionadas por Él. Al reflexionar en esto El Señor me deja sorprendido y es porque mi Señor es Incomparable.
Procura con diligencia estar bajo su voluntad para que esta increíble promesa sea una REALIDAD. Entre más cerca estés del Señor más entenderás que lo que el hace es para hacer Realidad sus Sueños en ti.
¿Tienes sueños por cumplir?... Aférrate a los sueños, pues si los sueños mueren, la vida es como un ave de alas rotas que no puede volar; Dios conoce tu corazón, ¡sigue soñando!
Que Dios te siga bendiciendo.
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