A una de las cosas que más nos resistimos como personas pues “atenta” contra nuestros deseos es someternos a alguien más.
El Señor en su palabra dice que su Voluntad es Buena, Agradable y Perfecta. (ROM. 12.2) Entonces si es Buena, Agradable y Perfecta ¿Por qué nos cuesta tanto hacer la Voluntad de Dios?
La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar examinar nuestras vidas:
- Nosotros ya sabemos que es lo que Dios quiere que hagamos, pero sabiéndolo no lo hacemos.
- Puede ser que nuestra carne este más fuerte que nuestro espíritu pues si no estamos haciendo la voluntad de Dios esta ganando nuestra carne.
- Aún no hemos reconocido a Dios como la autoridad de nuestra vida.
- Estas demasiado “vivo” como para que Cristo viva en Ti.
Podríamos encontrar muchas más razones pero el punto es este: Si ya sabes lo que tienes que hacer aunque “no te guste” lo deberías de hacer si es Dios el primer lugar en tu vida.
Yo te puedo asegurar que al ver como Dios ve las cosas entenderás bien el asunto de lo Bueno, Agradable y Perfecto que hoy por hoy quizá no te esta gustando en tu vida.
MT.7.21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Palabras muy duras de Jesús pero son verdades que no podemos negar; preocúpate por hacer la voluntad de Dios (Estoy seguro que ya sabes cuál es)
Esto es hacer la voluntad de Dios: Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. MT. 21.28-32
Si hay una lucha interna en ti, esfuérzate para que gane el lado de Dios. Muérete tu y deja que sea Cristo quien viva en ti.
GÁ.2.20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Dios te siga bendiciendo.
0 comentarios:
Publicar un comentario