Hace
un par de días, venia cargando varias cosas en mi corazón… estaba tratando de
vivir normal, de sonreír, hablar, salir, seguir mi rutina… lucia normal, pero
dentro de mi algo no andaba bien…
¿Te
ha tocado alguna vez fingir una sonrisa?, has tenido que mostrar estabilidad
cuando por dentro sientes que todo se derrumba, has dado una palabra de ánimo
mientras el desánimo está tocando la puerta de tu corazón...
A
esto le llamo momentos de desierto, desiertos del alma…
Y es
en esos momentos donde te sientes sin fuerzas, donde el viento sopla y las
arenas del desierto entran y lastiman tus ojos… distorsionan tu visión y aquello
que en un principio veías tan claro en el desierto luce inalcanzable…
En
esos momentos donde el sol, te desespera con el calor, parece quemar tu piel
parece quemar tus sueños… ese sol que representa cuando el entorno se pone mas fogoso,
los problemas en vez de disminuir parecen aumentar, sientes que estas a pleno
medio medía…
Esa
tarde en el desierto, donde sabes que tienes que seguir, tienes que caminar,
tienes que avanzar… tienes temor pues sabes que la noche se acerca y el día de
mañana no parece pintar algo nuevo, sino un día mas en el desierto…
Llega
la noche, hace mucho frío… quizá te sientes solo, aunque estés alrededor de
muchas personas, existe un vacío en tu corazón, te sientes insatisfecho…
Creo
que todos hemos pasado eso alguna vez… desiertos en la familia, desiertos
económicos, desiertos en la salud, desiertos en nuestra vida personal…
Pero,
permíteme decirte algo… Muchas veces Dios permite esos desiertos para
formarnos, en esos momentos de soledad es donde realmente conocemos la compañía
de Dios, esos momentos de angustia donde
conocemos su paz, esos momentos de enfermedad donde experimentamos su sanidad,
momentos de desgaste emocional donde conocemos su restauración… Tus desiertos
en las manos de Dios se pueden convertir en preciosos manantiales… es en esos
momentos donde tus fuerzas se agotan, ya no puedes mas, te rindes a El… sabes
que sin El no somos nada…
Ese
desierto que estas atravesando, Dios lo está utilizando… para ser de ti un
mejor hombre, una mejor mujer… no pienses que ese desierto es para siempre, son
etapas de la vida y detrás de todo desierto hay promesas que esperan por ti…
No
te desanimes!
Oseas
2:14 dice: Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le
hablaré con ternura…
En
medio del desierto… puedes conocer la ternura de Dios.
1 comentarios:
Me encanta y me siento identificada con esta hermosa lectura, Bendiciones!!!
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