Si nos pusiéramos a comparar con
otras personas, muchas veces en la mayoría de las comparaciones nos
encontraríamos muy mal parados pues hay muchísimas personas que son mucho mejor
que nosotros, hablando de capacidades emocionales, capacidades intelectuales y
capacidades físicas.
Un gran alivio es que Dios no nos
compara y nos hace hijos de Él por un maravilloso milagro llamado Salvación. EF.2.8
Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
Y aunque hay
personas que dicen merecerse lo que tienen sin reconocer que viene de Dios; su
trabajo, su familia, sus amigos, sus habilidades, su éxito y todo lo que pueda
envolver la vida de una persona viene de Dios. SAL. 127.1-2 RVC Si el Señor no edifica la casa, de
nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad,
de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes
madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él
ama.
De una cosa puedo estar seguro
que todo lo que tengo, todo lo que soy y todo lo que espero ser se lo debo a mi
Señor, si he sido bendecido es porque su gracia ha sido suficiente no porque yo
he hecho más que otros o que me merezca más que los demás sino porque
simplemente Dios así lo ha querido. 1 CO. 15.10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en
vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo.
Y si no me ha bendecido como yo
he querido es porque aún no ha llegado mi tiempo, pero estoy seguro que Dios lo
hará. Como todas las cosas que pertenecen
a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de
las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas
llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina. 2 P. 1.3-4
Del polvo fuimos formados y al
polvo iremos, nada nos vamos a llevar de esta vida. ¿Qué eres tú delante de
Dios? Sólo polvo, ¿mereces algo delante de Él?... Yo no, soy inmerecedor, pero
bendita Gracia del Señor que me alcanzo y por eso viviré agradecido eternamente
con Él.
SAL.144.3 Oh Señor, ¿qué es el hombre, para que en él
pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes?
Dios te siga bendiciendo.
1 comentarios:
Reciban muchas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
MI TESTIMONIO DE SANIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS.
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