viernes, 29 de junio de 2012

La historia del no nacido


Era el año 2012, era donde la humanidad experimentaba toda clase de conflictos; Familiares, naturales, políticos, militares, pero el más grande de todos: el problema espiritual. Juan era una “buena” persona, muy aplicado a la educación que había recibido de sus padres; sin embargo, Juan era un “no nacido”.

Juan gozaba de buena salud, uno de los jóvenes más sobresalientes de su clase, un hijo ejemplo para los demás; su deseo era ser un hombre influyente para cambiar su sociedad.

Veía su país deteriorado, en el gobierno desde el mensajero hasta el presidente, cuando había oportunidad eran corruptos, grandes diferencias de clases sociales, por un lado familias desperdiciando su dinero sin temor a quedar en quiebra, hasta familias compartiendo una tortilla para 4 personas. El gracias a “la vida” vivía en una familia de clase media, sus padres siempre le han dado todo lo que el necesitaba y nunca ha pasado por esas angustias que a más de algún conocido suyo le ha tocado experimentar.

A pesar de vivir una vida buena, Juan sentía que hacía falta algo en su vida, tenía buenos amigos y una muy linda novia que aspiraban a vivir su vida juntos para siempre; sin embargo había una necesidad de algo más. No eran los vicios, ni cosas materiales, Él veía a su alrededor muchos ejemplos que en definitiva no quería ser, padres borrachos, hijos rebeldes, estudiantes perezosos, ciudadanos corruptos, personas materialistas y superficiales; con total certeza ninguno de ellos quería ser Juan...

Entonces… ¿Qué le hace falta a Juan?.. Yo puedo responder; lo que le falta a nuestro amigo Juan, es Dios. Quizá una respuesta obvia para alguien como tú; pero para muchas “buenas personas” como Juan no lo es, las personas que aún no conocen a Dios tendrán un vacío que solo Él puede llenar, ni los padres, ni los hijos, ni esposa o esposo, ni riquezas o buena salud puede llenar, SOLO ÉL. Si el ser humano no reconoce que necesita a Dios y reconoce su estado caído y pecaminoso por muy bueno que sea no tendrá ningún final feliz, solo Dios puede transformar las vidas y precisamente eso era lo que le faltaba a Juan.

Alrededor de nosotros hay muchos “no nacidos” que son buenas personas o quizá más o menos, o por el otro lado “malas personas” pero sino conocen al Señor Jesús serán “no nacidos”, vivirán una falsa felicidad, solo Dios puede completarnos.

Las mayoría de cristianos piensan que a Dios solo se le puede servir en la “Iglesia” (Refiriéndome al templo) pero eso no es así, podemos servirle al Señor en nuestra casa, nuestra escuela, nuestros lugares de trabajo, donde sea que vayamos podemos hacernos “instrumentos” para que la historia de esas personas cambie de “no nacidos” a “nacidos de nuevo.

… Juan tuvo la oportunidad de conocer a alguien que le habló de Jesús y se arrepintió de los pecados que tenía (a pesar de ser “buena persona”) y hubo una transformación en su vida, a partir de ese día Juan fue saciado, ya no había ningún vacio en Él, Dios lo llenó. Ahora Juan vela por sus padres y hermanos para que al igual que él, sean “nacidos de nuevo”.

Y vivieron felices por siempre y por la eternidad.

2 CO.5.17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Dios te siga bendiciendo.

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