Unos dicen que Dios prospera
(materialmente) y si no estamos prósperos estamos en pecado. Otros dicen que
ser rico (materialmente) es pecado porque nos aleja de Dios.
Aunque los dos escenarios podrían
ser realidades en las personas; pues podría ser que haya escasez por pecado
(¿acaso apostar, despilfarrar, ser consumista, etc. no podría considerarse
pecado?)… Y cuántos adinerados habrá en el mundo que literalmente siguen
creyendo que tienen la sangre azul y ven de menos a su prójimo, ¿no será ese
pecado también?...
La Gracia de Dios nos alcanzó,
podemos ser prósperos claro que sí, pero no será “gratis” ¿cómo así?... Dios
requiere de nosotros esfuerzo, no he conocido a un hijo de Dios que sea
prospero y le haya sido fácil. Entiéndase prosperidad en todos los sentidos de
la palabra: espiritual, material, física, emocional, etc.
Si quieres unción hay que
sacrificar nuestra carne y someterla al Espíritu Santo y buscarlo cada día, si
quieres tener comodidades materiales debes ser esforzado –Dios no bendice al
holgazán– Qué buen ejemplo nos da la hormiga: Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no
teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y
recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. PR. 6.6-8.
Claro que Dios prospera; pero
para serlo debemos esforzarnos porque, si Dios nos da algo siendo incapaces e
infieles lo que haremos será desperdiciar lo que Dios nos dio. A qué me refiero
entonces; a que debemos estar listos para ser prósperos, aunque la gracia de
Dios nos alcanzo y fue gratis, en nosotros debe existir ese esfuerzo, porque de
eso serán testigo nuestro prójimo, ahí se darán cuenta que Dios prospera;
cuando de la escasez salimos adelante, cuando de hogares destruidos fueron
restaurados, cuando habían enfermedades fueron superadas o cuando habían
inseguridades y temores en nosotros y desaparecieron.
¿Entiendes mi punto?... para
prosperar el proceso puede ser duro y difícil, pero lo que Dios quiere es
aprobarnos si estamos listos para recibir su bendición.
Los que siembran
con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Aunque lloren mientras Llevan
el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre
los brazos. SAL. 126.5-6 DHH.
En la parábola de los Talentos me llama la atención
que al final los que prosperaron fueron los fieles: Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun
lo que tiene le será quitado. MT.25.29
¿Quieres prosperar? Sé fiel a Dios y esfuérzate. El labrador, para participar de los frutos,
debe trabajar primero. 2 TI. 2.6
Dios te siga bendiciendo.
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