viernes, 26 de octubre de 2012

Entre escasez y abundancia. ¿Cuál es tu elección?


Unos dicen que Dios prospera (materialmente) y si no estamos prósperos estamos en pecado. Otros dicen que ser rico (materialmente) es pecado porque nos aleja de Dios.

Aunque los dos escenarios podrían ser realidades en las personas; pues podría ser que haya escasez por pecado (¿acaso apostar, despilfarrar, ser consumista, etc. no podría considerarse pecado?)… Y cuántos adinerados habrá en el mundo que literalmente siguen creyendo que tienen la sangre azul y ven de menos a su prójimo, ¿no será ese pecado también?...

La Gracia de Dios nos alcanzó, podemos ser prósperos claro que sí, pero no será “gratis” ¿cómo así?... Dios requiere de nosotros esfuerzo, no he conocido a un hijo de Dios que sea prospero y le haya sido fácil. Entiéndase prosperidad en todos los sentidos de la palabra: espiritual, material, física, emocional, etc.

Si quieres unción hay que sacrificar nuestra carne y someterla al Espíritu Santo y buscarlo cada día, si quieres tener comodidades materiales debes ser esforzado –Dios no bendice al holgazán– Qué buen ejemplo nos da la hormiga: Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. PR. 6.6-8.

Claro que Dios prospera; pero para serlo debemos esforzarnos porque, si Dios nos da algo siendo incapaces e infieles lo que haremos será desperdiciar lo que Dios nos dio. A qué me refiero entonces; a que debemos estar listos para ser prósperos, aunque la gracia de Dios nos alcanzo y fue gratis, en nosotros debe existir ese esfuerzo, porque de eso serán testigo nuestro prójimo, ahí se darán cuenta que Dios prospera; cuando de la escasez salimos adelante, cuando de hogares destruidos fueron restaurados, cuando habían enfermedades fueron superadas o cuando habían inseguridades y temores en nosotros y desaparecieron.

¿Entiendes mi punto?... para prosperar el proceso puede ser duro y difícil, pero lo que Dios quiere es aprobarnos si estamos listos para recibir su bendición.

Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Aunque lloren mientras Llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. SAL. 126.5-6 DHH.

En la parábola de los Talentos me llama la atención que al final los que prosperaron fueron los fieles: Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. MT.25.29
¿Quieres prosperar? Sé fiel a Dios y esfuérzate. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.  2 TI. 2.6

Dios te siga bendiciendo.

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