jueves, 18 de octubre de 2012

Navidad Anticipada

A todos nos gustan los regalos, creo que es una emoción común a todos los seres humanos el alegrarse al recibir algo completamente gratis de manos de otra persona; si te pones a pensar, es muy probable que en algún cajón de tu armario o en un pequeño rincón que solo vos conoces tengas guardado algo de carácter simbólico que te recuerda un momento o alguien especial, muchas veces no importa el valor del objeto sino mas bien eso que comúnmente llamamos “intención de regalar”, algunas personas guardan pequeños pedazos de papel con algún mensaje escrito con la letra de esa persona especial, las joyas, las flores o los chocolates suelen también ser objetos que se dan a otro con el fin de demostrar afecto, amistad o incluso amor.

Una de las épocas del año en las que los regalos se vuelven esenciales es la navidad, recuerdo haber leído no se donde como inició esa costumbre de compartir obsequios en esas fechas y aunque no recuerdo cual era la razón de dicho intercambio, no dejo de alegrarme cuando recibo una postal o un regalo en esas ocasiones y es que sería un tanto ilógico pensar en alguien que se molestara o se enojase al recibir un obsequio, igualmente ilógico resultaría el negarse a recibir uno, más en esas festividades.

Sé o al menos intuyo que todos recordamos el origen de dicha celebración, es decir, el nacimiento de Nuestro Señor, su venida a este mundo, su encarnación en el vientre de una virgen, esa obra maravillosa por medio de la cual el Eterno Dios, soberano del Universo se volvió hombre como una muestra de su amor por toda la humanidad; y es que Cristo mismo fue el primer regalo de Navidad del mundo, su llegada a esta tierra representó de la mejor manera el afecto de Dios para con su creación.

Bien dicen que el mejor regalo que podemos dar es aquel que nos cuesta algo valioso y no hablo simplemente en cuanto al valor económico, me refiero al valor sentimental o emocional que dicho regalo posee, creo que Dios conoce perfectamente esto, por eso no nos dio un regalo cualquiera, no nos dio algo de lo que le era fácil desprenderse, al contrario, nos dio lo más valioso para sí; es decir, a Él mismo representado en la segunda persona de la Divina Trinidad, no hay en el Universo mejor regalo de navidad que este, la Palabra de Dios nos dice que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23) por ello resulta ilógico y totalmente carente de sentido común que las personas hoy en día desprecien de tal manera este regalo, pues no hay nada en toda la tierra y aún mas allá que sea mas valioso que lo que Nuestro Padre nos ofrece por medio del Salvador, no hay mejor regalo de navidad que precisamente aquel que nació (según la tradición) en la primera navidad.

Yo sé que aún no llega el veinticinco de diciembre, sin embargo, hoy podemos participar, o dicho de mejor forma recibir, el mejor regalo de toda la creación, si hoy le permitimos a Cristo nacer en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestra familia, en nuestro trabajo, etcétera estaremos aceptando el obsequio de Dios para nuestras vidas y a pesar que las festividades aún se encuentren lejanas podremos vivir una verdadera “navidad” privada, personal y única, contagiémonos de la alegría y hagamos celebración, pues al dejar a Cristo nacer en nuestras vidas tendremos, como dice la Biblia, muy buenas noticias de las cuales alegrarnos y que nos habrá nacido Nuestro Salvador (Lucas 2:10-11) Dios abre hoy sus brazos ofreciéndonos su mejor y más valioso regalo, te ofrece esa “navidad” que tanta falta te hace, te pregunto: ¿La aceptaras?

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