Sin duda alguna la alegría y la
aflicción serán parte de la vida de toda persona que viva; si hiciésemos una
encuesta mundial sobre qué prefiere vivir si: Alegría o Aflicción. Me atrevería
a hacer una mención del 99% escogería la Alegría.
Y es que en las alegrías uno experimenta
la abundancia, plenitud, amor, amistad, pero son esas buenas cosas las que
pueden llevarnos a cegarnos de nuestro prójimo; haciéndonos insensibles a la
otra cara de la vida: la aflicción.
La aflicción por el contrario se
experimenta escasez, soledad, enfermedades, traición. Y también son esas cosas
las que pueden llevarnos a cegarnos respecto a nuestro prójimo; haciéndonos
envidiosos y malintencionados por la vida que otras personas están llevando.
Ninguna de las dos es mejor.
Déjame explicarme: Mientras vivamos en la tierra y nuestro corazón siga
latiendo hay un problema dentro de nosotros que debemos tener cuidado: nuestra
carne. Si vivimos demasiada plenitud y no estamos listos para vivirla nos vamos
a cegar y desviar por el camino correcto. Por el otro lado si vivimos demasiada
escasez será como vivir una vida sin sabores. Ojo, no estoy hablando de lo
material. Porque hay multimillonarios que son extremadamente pobres, y hay
pobres que son extremadamente ricos. Y es a lo que quiero llegar.
Para ser rico o pobre no
solamente son recursos que tenemos; para ser rico o pobre es cuestión de
actitud.
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera
que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo
y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad. FIL. 4.11-12.
Si ya tienes muchísimo espero que
seas prosperado con la bendición de Dios y pues si hacen falta muchas cosas
aún, se perseverante y diligente pero en esa etapa aprende a contentarte.
Y aunque no soy juez ni quiero
serlo, pero muchos no hemos llegado a tener lo que queremos sencillamente
porque aún no estamos listos, ¿para qué Dios me daría algo si sabe que lo
echaré a perder?
3 JN.1.2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en
todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Si nos hace falta algo (material,
físico, espiritual, emocional, etc.) reflexionemos y analicemos en qué estamos
fallando para que Dios nos los dé.
Dios te siga bendiciendo.
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