miércoles, 24 de octubre de 2012

Estás presente en mis oraciones


Sin duda alguna todos nosotros conocemos a personas que tienen muchos problemas, incluso más que los que hemos a lo largo de en nuestra vida; hay también, personas que parecen vivir una “buena vida” pero su forma de ser les impide exteriorizar los problemas que realmente están pasando y ese hombro que quizá necesiten tener de apoyo.

Una de las excelentes lecciones que podemos encontrar al estudiar las cartas del Apóstol Pablo es que fue una persona que se interesaba por su prójimo.  A los romanos, a los efesios, a los filipenses, a Timoteo, a Filemón; hay una frase muy común: Estás presente en mis oraciones.

Y  ese ejercicio de orar por los demás, tiene muchos beneficios; pues se genera en nosotros una característica muy notable del Apóstol Pablo, su pasión por las almas.

Como cristianos no podemos ser indiferentes a los problemas y necesidades de nuestro prójimo. Podemos amar a Dios, pero si nuestro prójimo no es relevante para nosotros estamos fallando en todo, incluso en amar a Dios porque Dios es Amor. Transformémonos en esos intercesores que se ponen entre Dios y nuestro prójimo para pedir por ellos, porque estoy seguro que Dios busca intercesores que piden por restaurar hogares, por libertar, por sanar enfermos, por guardar vidas. Ocupemos esa “vacante” de intercesor a favor de las personas porque estoy seguro que conocerás a más de una persona que necesita que oren y hagan algo por ella, ¿cierto?

Estoy seguro que la calidad de nuestras oraciones suben de nivel y esa especie de egoísmo espiritual que existe al orar solo por los “me”… Dame, sáname, bendíceme, libérame, cuídame, me, me, me… desaparecerán. Imitemos a Jesús que intercede por nosotros, imitemos al Espíritu Santo que intercede por nosotros. De ahí nadie más, solo tú y yo.

Hoy en día hay millones de personas que no saben cómo orar y hacer las cosas. Así como en los tiempos de Jesús. MT.9.36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Se siguen necesitando personas que intercedan por los dispersos y desamparados.

FLM.1.4 Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de tí en mis oraciones.


Dondequiera que Dios halla un corazón que ora,… este corazón hallará un Dios que escucha la oración, es por eso que necesitamos orar más por ellos, porque ellos necesitan de Dios.


Dios te siga bendiciendo.

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