miércoles, 4 de enero de 2012

Hijos de la verdad


Uno de los valores universales más importantes en la vida es la Honestidad, como cristianos estamos comprometidos a ser honestos porque Dios es un Dios de verdades. Lee esto: MT.22.16 Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.

Nosotros nos llamamos discípulos de Jesús, por tal razón debemos ser honestos, no podríamos ser cristianos mentirosos, blanca, negra, morada o de cualquier color puede ser la mentira pero al fin de tantas sigue siendo mentira. 

La Palabra de Dios es muy dura en este aspecto (y creo que muchas veces lo ignoramos por conveniencia) JN.8.44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. AP.21.8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre… 

Podrá ser la mentira justificable, difícilmente creo que no podríamos justificar una mentira pues eso nos llevaría a mentir a otra persona y seguir mintiendo y se hace una gran cadena. Ojalá nosotros también podamos decir como Salomón: EC.12.10 Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.

No se si te ha pasado, pero me he encontrado con personas que parecería ser un vicio para ellos mentir y comparable con los otros tipo de vicios (Alcohol, drogas, sexo ilícito, etc.) puede ser no muy notable pero ante Dios estamos descubiertos y el todo lo sabe. 

Dios te ha dado dominio para controlarte, Él es un Dios de verdad, nosotros tenemos que ser Hijos de la Verdad también. 

2 TI.1.7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Dios te siga bendiciendo.

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