jueves, 3 de mayo de 2012

¡Hasta Aquí!


http://biblioalange.files.wordpress.com/2012/04/gran-ola-de-kanagawa.jpg¿Quién encerró con puertas el mar, Cuando se derramaba saliéndose de su seno, Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad, Y establecí sobre él mi decreto, Le puse puertas y cerrojo, Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y ahí parará el orgullo de tus olas?
Job 38:11

En La Biblia, la palabra “mar” no se refiere solamente a éste como tal, también sirve como una metáfora para designar el “abismo” o el mal, igualmente, el término “muchas aguas” puede ser utilizado para detonar una multitud de personas, cuando La Palabra de Dios se refiere al mar muchas veces es en un entorno de problemas o dificultades, así por ejemplo, leemos del mar embistiendo contra los discípulos de Cristo mientras lo cruzan en su balsa, o de una tempestad en el medio del mar que hace que Jonás sea lanzado al agua, etcétera.

Siempre me ha parecido que Dios utilizo la mejor analogía posible, el mar con toda su fuerza,  extensión y misterio es, a mi gusto,  la forma perfecta de expresar lo que un problema o situación complicada representa en la vida del ser humano; que mejor manera de simbolizar lo que la preocupación le hace a nuestras vidas cuando nos ataca una y otra vez, que el incesante golpeteo de las olas contra la playa y como podríamos aludir a lo incierto que se torna nuestro futuro a veces, sino a través del basto horizonte en el que el mar se convierte cuando lo vemos desde la orilla, las mas grandes olas o “tsunamis” expresan de una forma perfecta lo que la tentación es para nuestras vidas, un embate tempestuoso contra nuestro ser que es capaz de ahogarnos en su bastedad y cómo podríamos imaginarnos la total soledad de no ser por las islas desiertas y barcos flotantes a la deriva que la literatura y el cine han plasmado en nuestras mentes.

Hace mucho tiempo, los seres humanos temían de tal forma al mar que incluso llegaron a pensar que al navegar muy dentro de él podrían resbalar por la orilla del mundo, sin contar todos los monstruos marinos e inmensas serpientes que deberían enfrentar en su travesía, hoy en día a pesar que sabemos que no existen tales quimeras y conocemos que el mundo no se acaba en el horizonte, el mar no ha dejado de inquietarnos.
Sin embargo, así como el mar siempre represento en La Palabra de Dios un gran mal o abismo, así también, el poder del Creador se ha levantado aún mas alto que las olas para mostrarnos que no existe fuerza capaz de vencerle, cuando los discípulos temen por sus vidas en el medio de la noche, Cristo aparece caminando por encima de las turbulentas aguas del mar de Galilea, cuando el pueblo de Israel se encuentra entre el abismo y los egipcios Dios le dice a Moisés que levante su vara y las aguas al instante se parten en dos dejando un camino seco por el cual pasar victoriosos, mientras Pablo es llevado preso dentro de un barco con rumbo a Roma, el Señor envía un ángel para decirle “No temas”.

En el libro de Job Dios nos dice respecto del mar: “Le puse puertas y cerrojo, Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y ahí parará el orgullo de tus olas” con esto nuestro Señor nos demuestra el poder que tiene sobre el mar y sobre lo que éste representa, en Mateo 4:39 se nos narra una de las mas poderosas imágenes de Cristo, mientras sus discípulos temen por sus vidas en medio de una tempestad Él duerme tranquilamente, aquellos hombres llenos de temor le dicen Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”, es aquí cuando Jesús muestra su enorme poder, La Biblia nos dice de Él Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza” ¡te imaginas a Cristo parado en la orilla de la barca mientras esta se sacude de lado a lado gritándole al mar que se calle!

Puede ser que nuestros problemas se vean inmensos y que nuestra preocupación ahogue nuestros sueños, es posible que en este preciso momento la tentación este atormentando tu vida con su implacable furia, puede que tu futuro se vea distante e incierto como el mar en medio de una noche tomentosa mientras se navega en él, sin embargo no hay porque temer, Dios tiene el control de la situación, confiemos en su poder pues no hay problema, no hay angustia, no existe dificultad mas grande que nuestro Dios, cuando las cosas no puedan ir peor e incluso tu fe se haya agotado Él se levantara en medio de la tempestad y la mandara callar, es como si dijese “¿Que no sabes que este es mi hijo?” el Señor siempre tendrá cuidado de nosotros y nunca habrá una ola o una tempestad mas grande que su poder y su amor por los suyos, cuando pongamos nuestra fe completamente en Él, entonces se levantara y le dirá a ese problema “Hasta aquí llegaras y no pasaras” le dirá con su fuerte voz a tu situación “Calla, enmudece”, entonces habrá paz pues no hay mar mas fuerte que nuestro Dios.

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