lunes, 21 de mayo de 2012

Perdiendo el Control


Una de las cosas que más nos gusta como personas es tener el control de cada situación que vivimos, por ejemplo: tener estabilidad económica para sostener a tu familia.

Hay una película llamada “Click” y ésta trata de un hombre de familia que (como muchos de nosotros) trabaja arduamente para sacarlos adelante, en su afán de tener “el control” sacrifica a su esposa, sus hijos y su felicidad. Digo sacrifica pues en la trama de la película obtiene un “control” que puede utilizar para evitar eventos que no le gustan, al final el gana mucho dinero a cambio de su familia y su felicidad; pierde momentos inolvidables con su familia, a pesar del gran esfuerzo que hace por “recuperar” el control no puede hacerlo; al final todo parece ser “un sueño” y despierta como empezó, pero con una actitud diferente; como si tuviese una nueva oportunidad. Tristemente en la vida real esto no es así, las consecuencias de nuestras decisiones vendrán y tendremos que afrontarlas.

Al estar en una situación donde sabemos que hemos perdido el control nos sentimos angustiados, ansiosos, deprimidos, etc. Lo que más anhelamos en esos momentos es volver a recuperar el control y tener nuevamente la seguridad de que todo esta bien.

Lamentablemente (lo digo porque sería ideal nunca perder el control) la vida no es así: Tu padre puede darte la seguridad al tener una empresa y la certeza de que recibirás una gran herencia; pero en un instante puede perderlo todo. O podrías ser la persona más saludable del mundo pero sin qué ni para qué recibes un diagnostico muy desalentador.

Y es que en esos momentos cuando más debemos Perder el Control para que lo tome Dios. ¿Quién mejor que Dios para tener el control completo de nuestras vidas?... no hay nade más capaz y más sabio para hacer que nos sintamos seguros… porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. MT.6.8

Ojo esto no quiere decir que al darle el control a Dios de nuestras vidas nosotros no vamos a hacer nada; claro que no, debemos ser activos con Dios pidiéndole lo que nosotros necesitamos para estar seguros, estar pendientes de lo que Dios hace porque lo que esta en juego es nuestra vida y nuestra seguridad; que Dios haga su voluntad en nosotros.

FIL.4.6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Al perder el control de tu vida quiere decir que Dios tomará las decisiones en lo que a ti respecta ¿Confías en Dios? Demuéstrale a Él que lo haces, el sabe lo que más necesitas y se preocupará para dártelo: echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 P. 5.7

Lo mejor que puedes hacer es Perder el Control y que lo tome Dios, es el más sabio, mejor administrador y el que más desea tu felicidad.

Tranquilo, pierde el control y que lo tome Dios: Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad SAL.91.4

Dios te siga bendiciendo.

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