
La mayoría de nosotros hemos compartido esa
frustración o decepción al ver a nuestra familia no ha llegado aún a conocer al
Dios verdadero.
Muchos sufrimos viendo a nuestro padre o
madre emborrachándose, quizá trasnochando, viviendo una vida desordenada. A
Nuestros hermanos perdiéndose en los vicios o una vida violenta y quizá más de
una vez hemos llorado por la vida perdida que están llevando y es que si
conocieran al Señor no serían así.
Anhelamos que la misma verdad que nos
hizo libres puedan conocerla ellos también, ¿te imaginas llegando al paraíso tu
solo? No sé si en el cielo podrías sentir tristeza pero con esa palabra
describiría...