Las personas cada vez parecen hacerse más superficiales a medida avanza el tiempo, dándole prioridad a las cuestiones materiales, ignorando conscientemente que eso no es lo más importante. También muchísimas personas se enfocan en el “yo”. Los humanos parecemos ególatras cada vez más.
Desde políticos que no piensan
gobernar con visión en las futuras generaciones, empresarios que no se cansan
en acumular cada vez más riquezas, religiosos que según ellos tienen la razón y
los demás están equivocados, eso es ser ególatra.
La sociedad actual se ha
convertido en materialista y superficial, cuidando más lo externo que lo
interno, y aunque no niego que lo externo tiene su importancia; lo interior es
aún más valioso.
Es importante como nos vemos como
personas (autoestima), muchas personas la tienen por debajo del suelo, y otras
por encima de los cielos: hay que encontrar un balance sano; ese balance ideal lo
encontraremos en la “Dios-estima”: la forma en cómo nos ve Dios.
Como tú yo también me he hecho
preguntas con respecto a mi vida y Dios.
¿Seré capaz de cumplir
los propósitos que Él ha diseñado para mí?
¿Podré resistir las
pruebas que
encuentre en el camino
de mi vida?
¿Dios me ha abandonado?
¿Las fuerzas no serán
suficientes?
Quizá habrán más, pero estás
probablemente son las más frecuentes; siendo honesto si las respondemos con
nuestras fuerzas en todas fracasaríamos.
Esta clase de preguntas tienen
que ser contestadas en base a la Biblia:
FIL.1.6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
SAN.1.12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha
prometido a los que le aman.
MT. 28.20b … he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo.
IS.40.31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no
se fatigarán.
La próxima vez que te sientas
tentado a verte menos o más de lo que en realidad eres; mejor filtra tu mirada
y mírate como Dios te ve, la Dios-estima; ahí estarás en el lugar donde debes
estar. Ni más, ni menos, sino el lugar correcto.
Puedes hacer todo lo que la
Palabra de Dios dice que puedes hacer, recibirás todo lo que la Palabra de Dios
dice que vas a recibir, verás todo lo que la Palabra de Dios dice que verás.
Ni como me ven los demás, incluso
ni como me veo yo es lo importante; lo que de verdad cuenta es como me ve Dios.
Él te ve con sus propósitos cumpliéndose, con la determinación para resistir la
prueba, con la convicción que sabes que Él está siempre ahí contigo; que
renovarás tus fuerzas en Él.
Dios te siga bendiciendo.