lunes, 26 de marzo de 2012

Lengua haciendo destrozos


Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: AMIGO, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. (MR 26.47-50)

Supongo que estamos de acuerdo que El Señor Jesús en su vivir en la tierra fue perfecto en todo, fue sin pecado y fue y sigue siendo Santo. Me llama mucho la atención en la cita inicial, Judas estaba a punto de entregar al Señor Jesús para ser Crucificado pero cuando Jesús ve a Judas le dice: Amigo ¿a qué vienes? Jesús le llamó ¡AMIGO! El no fue hipócrita o quiso hacer sentir mal a Judas por lo que estaba a punto de hacer (Que de hecho Jesús ya sabía que Judas lo iba a Entregar) Él fue sincero en demostrarle su Amistad y decirle AMIGO.

De la Abundancia del Corazón habla la boca dice la Biblia (LC.6.45). En esta ocasión quiero hablar de un miembro de nuestro cuerpo tan pequeño pero el daño tan grande que puede llegar a causar.

Nosotros como cristianos debemos de guardarnos de hacer todo mal y con la lengua hacemos daño no a lo físico sino  lo interno de nuestro ser; una hablada por aquí, una hablada por allá, ¿has hecho eso tú?  Un pequeño comentario mal intencionado podría causar un gran problema no solo para ti sino para la persona que lo dijiste, hablar con sarcasmo, frente a esa persona decir si y detrás decir no (¿No sería hipocresía?) Con palabras como esas puedes hacer caer a varios hijos de Dios. Estoy seguro que de muchas veces han hablado muy mal de ti, incluso personas que nunca imaginaste, la pregunta a contestar sería: ¿Cómo te sentiste? Lógicamente muy mal, ahora cuando lo hacemos nosotros ¿Cómo se sentirán los demás? Bien, eso sería un absurdo. No estamos en excepción de hablar mal de otros solo por el hecho de que somos nosotros quien hablamos, ¿puedes afirmar lo contrario?

Algo tan pequeño como la lengua puede apartarnos de la Bendición del Señor, quieres ser como Jesús, refrena tu lengua, filtra tus palabras primero con la sabiduría de Dios. CUIDADO: No seas piedra de tropiezo para las personas y más aun para un Hijo de Dios, la Palabra de Dios es clara: Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. (LC 17.1-2)

Antes de decir algo que no edifica piensa y reflexiona si vale la pena decirlo pues para la otra persona puede ser como espadas y “matar” una linda amistad, un buen hermano en Cristo, una oportunidad de recibir la Bendición de Dios. Te invito a que puedas leer en Santiago 3.1-12 y reflexionar sobre lo que tu boca ha estado hablando todo ese tiempo. Te digo algo: yo ya lo hice y sentí vergüenza por hacer tanto daño pero gracias a Dios por su Palabra que llega siempre a tiempo para poder restaurar las cosas, pero el tiempo para actuar no es eterno.

¡Toma Acción hoy!

Que Dios te siga bendiciendo.

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