jueves, 29 de marzo de 2012

De Música Cristiana y otros errores similares

http://pablohbreijo.files.wordpress.com/2011/09/fe-y-melodia-musica-cristiana.jpg?w=245&h=191Todos hemos escuchado los términos “música cristiana”, “libro cristiano”, “película cristiana” y muchos otros más del mismo tipo, sin embargo este tipo de categorías no están del todo bien, o por decirlo de otra manera, no son del todo ciertas, a mí en lo personal me disgusta mucho el oír hablar a personas de la siguiente manera “él es un cantante cristiano” o “esa es música cristiana”, me parece que de esta manera se va perdiendo con una gran facilidad en significado correcto de la palabra “cristiano”.

Antes de nada es necesario aclarar la música, los libros, las películas y demás son simplemente objetos, cosas o hechos que por su misma naturaleza se encuentran desprovistos de la capacidad de razonar, no son entes vivos, no tienen conciencia, pensamiento o cualquier otra de las características básicas de un ser vivo, ya no digamos de uno pensante, muchas veces utilizamos
este concepto de “lo cristiano” para diferenciar el contenido del objeto, así cuando decimos “concierto cristiano” nos queremos referir a un recital en el que las canciones llevan un trasfondo espiritual, sin embargo no es correcto darle tan alta categoría a un objeto o a un hecho, en La Biblia la palabra “cristiano” solo aparece en tres ocasiones (Hechos 11:26, Hechos 26:28, 1° Pedro 4:16) es importante ver como en todas esas ocasiones se hace referencia a personas y no a objetos o cosas, y es que el ser cristiano es una convicción, una decisión, un ser, pero un ser dinámico, las cosas al no poseer vida no pueden tomar esa decisión de ser cristianas o no, esto depende de su dueño, de aquel que las está utilizando o haciendo y es aquí donde radica el punto medular de la cuestión.

Las cosas, como ya dije antes, dependen de su dueño, estas seguirán el rumbo que el ser pensante les dé, tomemos por ejemplo una guitarra, es solo un objeto inanimado, sin embargo depende del músico al que pertenezca el sonido que va a emitir, y más aun, las canciones que con ella se compongan serán las que este ser humano racional decida, así con una misma guitarra se puede crear tanto una alabanza para el Dios Altísimo, como una canción que blasfeme su nombre, siempre esto dependerá de las intenciones de quien use aquel instrumento; el problema con darle a las cosas el nombre de cristiano proviene de que con esto dejamos a un lado nuestra responsabilidad como verdaderos “cristianos”, por ejemplo, en lugar de decir música cristiana deberíamos decir “música de cristianos” o en lugar de decir “libro cristiano” sería mejor usar el término “libro escrito por un cristiano”, es obvio entonces que ahora con esta sintaxis el obligado a ser cristiano es el ser humano, ya no el objeto, resulta claro ahora que darle estas denominaciones a las cosas solo provoca que nos fijemos cada vez más en “la canción” que en aquel que escribió la canción, y por ende lo vamos eximiendo de la responsabilidad de llevar una vida como seguidor de Cristo, que es lo que realmente significa la palabra “cristiano”, es como si al llamar a las cosas de este modo tácitamente dijéramos “no importa si la toca el mas pagano de los hombres, no importa si la toca sin pensar lo que dice, no importa si no siente lo que habla, lo que importa es que la canción habla de Dios”, obviamente esto es una salida fácil, un despreocuparse por tener una vida consagrada a Dios.

Somos nosotros, los seres humanos, los únicos con capacidad de raciocinio en la creación los que debemos adquirir esa cualidad de “cristianos”, solo de este modo las cosas que hagamos, que creemos o que utilicemos serán consagradas a Dios, es nuestra vida la que debe ser “cristianizada” y no los objetos, solo nosotros podemos entregar voluntariamente nuestro ser a Dios, solo nosotros (no los objetos) podemos decidir ser seguidores de Jesús, no dejemos que los convencionalismos nos roben la bendición de entregarnos a Dios, no dejemos que los usos y las costumbres hagan que un adjetivo tan valioso, honroso y digno de respeto como “CRISTIANO” pierda su sentido propio.

Cuando nuestra convicción de seguir a Cristo sea tan firme como las mismas montañas, todo lo que hagamos o utilizamos será impregnado con esa fe que fervientemente inflama nuestro interior, solo cuando nuestras vidas estén entregadas a ser “Cristianos” verdaderos, lo que esté a nuestro alrededor seguirá ese mismo rumbo, cuando lo que nos mueva, nuestra razón de ser sea el agradar a Dios, todo lo que nos pertenece coadyuvara a tal propósito, entonces dejaremos de decir respecto de las cosas “eso es cristiano” y diremos con mucho mas denuedo “eso fue hecho por un cristiano, no se puede negar”, Bendiciones.

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