martes, 5 de junio de 2012

Sin amor... Nada soy.



Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. (1 Co. 13:2)

Me impactó cuando lei esto, pues es visible y admirable alguien que tenga dones, que entienda misterios, que posea conocimientos, que tenga una fe extraordinaria, pero la Biblia dice que si falta el amor… simple y sencillamente: "NO SOY NADA"

Normalmente uno pretende tener todo lo que ese versículo menciona al principio, pero quién se propone ser un ejemplo en amor, ser un reflejo del amor de Dios, ¿quién? Y es practico y sencillo, podemos tener muchas  cosas, dones, talentos, fe, conocimiento pero sino hay amor no somos nada!

Debemos aprender a amar… procurar  que siempre que alguien esté cerca de nosotros, algo del amor de Dios sea impregnado en su corazón.
Que nos vean y recuerden ese amor tan grande...
No olvidemos que todo se resume en dos cosas: AMAR a Dios sobre todas las cosas y AMAR a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

El amor endulza corazones amargados... el amor trae vida donde no había mas esperanza... el amor sana donde existieron heridas. 

Si hemos conocido el amor de Dios, lo menos que podemos hacer es compartir ese gran amor... 

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