Muchas veces en mi vida he estado
esperando algo muy anhelado para mí y por fin; ¡llega ese gran día! No hay
comparación cuando eso pasa; que gran experiencia.
Hay una fuerte convicción en mi
ser que Jesús está pronto a regresar, por eso es que mis “manchas y mis arrugas”
me preocupan; necesito ser corregido, limpiado, santificado… Necesito de Jesús,
oh cuanto necesito de Él y entre más fuerte sea esa sensación que Él esta
pronto a regresar; más tengo que procurar estar sin manchas ni arrugas.
Me lleno de tristeza cómo las
personas rechazan a Jesús, pero me lleno de más tristeza ver a personas que
dicen llamarse “cristianos” avergonzar a aquel que esta pronto a regresar. ¡qué
manchados y arrugados están!... por favor no me mal interpretes; quizá yo he
sido más pecador, inmundo, sucio y todas esas clases de palabras comparado con
todos nuestros lectores juntos, pero su Gracia me alcanzó y cambió mi vida
completamente. El Señor dice:
Vengan ahora, y pongamos las cosas en claro. Si sus pecados son como la grana, se pondrán blancos como la nieve. Si son rojos como el carmesí, se pondrán blancos como la lana. IS. 1.18.
Vengan ahora, y pongamos las cosas en claro. Si sus pecados son como la grana, se pondrán blancos como la nieve. Si son rojos como el carmesí, se pondrán blancos como la lana. IS. 1.18.
Aún así, muy mal podremos estar,
muy sucios, sin merecer nada bueno pero con todo y eso, si reconocemos nuestras
faltas a Dios, por medio de Jesús seremos hechos sin “mancha ni arruga” y
estaremos listos para ese gran día. ¡Hoy puede ser!
Busquen al Señor
mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca. ¡Que dejen
los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al
Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar
con generosidad. El Señor ha dicho: «Mis pensamientos no son los
pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos
son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más
altos que los caminos y pensamientos de ustedes. »Así como la lluvia y la
nieve caen de los cielos, y no vuelven allá, sino que riegan la tierra y la
hacen germinar y producir, con lo que dan semilla para el que siembra y pan
para el que come, así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no
vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo
aquello para lo cual la envié. IS. 55. 6-11.
Dios quiere encontrarse contigo,
te aseguro que nadie más que Él desea que estemos juntos, no lo rechaces,
acércate a Dios. El mejor consejo que podría darte:
Mirad que no desechéis al que
habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en
la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los
cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido,
diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el
cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles,
como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo
nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a
Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego
consumidor. HEB. 12.25-29.
Dios te siga bendiciendo.
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