miércoles, 26 de septiembre de 2012

Motivaciones correctas


La mayoría de personas admiran a alguien que se esfuerza por hacer las cosas bien, se preocupa en los detalles, vela por que los demás hagan su trabajo y al final todo pueda ser un gran éxito; todos a excepción de Dios.

¿Por qué?

Pues no está haciéndolo con un corazón correcto; simple. Por favor no me malinterpretes, no estoy diciendo que no hay que hacer las cosas bien, lo que estoy diciendo es que debemos tener un corazón correcto, un corazón conforme al corazón de Dios.

¿Cuál debe ser mi motivación para serle fiel a mi esposa? ¿Un anillo, un acta de matrimonio, nuestros hijos?... No, la motivación correcta debe ser que la amo y que por amo estoy junto a ella, no necesito otras mujeres para ser feliz, ella me hace feliz, por eso le soy fiel.

¿Cuál debe ser mi motivación para ser un buen ciudadano? ¿Qué voy a recibir reconocimientos, voy a ser querido por la comunidad, voy a ser influencia?... No, la motivación correcta deber ser que quiero un mejor país en el cual podamos vivir como una sociedad justa y en paz.

¿Cuál debe ser mi motivación para ser cristiano? ¿Qué me reconozca mi iglesia como “buen cristiano”, que Dios me va a “recompensar”, que seré admirado en el ámbito cristiano?... No, la motivación correcta es que Dios se fijo en mí y me amó y por amor a Él seré obediente a su Palabra y su voluntad.

Ojo; todas la mayoría de esas motivaciones son buenas, pero algunas pueden arruinar la intención con la que empezamos haciéndolo bien y terminamos enorgulleciéndonos que las personas nos admiren, ahí ya hay un problema. Pero también hay motivaciones correctas y a esas debemos apuntar. Al final de cuentas todo se trata de honrar a Dios con lo que hacemos, lo demás vendrá por añadidura.

Y aunque para las personas hagamos las cosas, debemos tener la convicción que al final lo hacemos por Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres COL. 3.23.

¿Estás haciendo las cosas con la motivación correcta?

…Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que el hombre ve. El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo miro el corazón. 1 S. 16.7b. RVC.

Dios te siga bendiciendo.

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