jueves, 12 de enero de 2012

Crossroad (Encrucijada)

Hace un par de días me toco presenciar uno de las escenas mas deprimentes que la vida nos puede ofrecer, sé que no es lo mismo leer que hallarse en determinada circunstancia, pero tratare de resumirlo es unas cuantas líneas, el hecho es que vi a un hombre adulto de aproximadamente 35 años, esposado de ambas manos, con los brazos en la espalda llorar como un niño antes de encarar su cita con el juez y decir “es que no quiero que me maten, tengo miedo a que me maten”, ver en tal estado a un tipo que cuando ingreso por la puerta parecía tan seguro y fuerte mi dejo un tanto atónito, y es que no es para nada común ver a un hombre adulto llorar de esa forma, con su cabeza recostada en  la pared y en su rostro una expresión de dolor e incertidumbre al mismo tiempo que decía entre sollozos “es que no quiero que me maten”, el porqué de esta reacción? Bueno, a decir verdad no la sé con exactitud lo único que entendí fue que el hombre de esta historia tenia temor que se consignara en un acta su lugar de residencia, pues al saberlo los demás internos del centro penal en el que estaba recluido podrían tomar represalias en su contra hasta el grado de atentar contra su vida.
Ahí estaba yo viendo esta estampa y pensé que todo eso es el resultado de malas decisiones tomadas con anticipación, creo que el sujeto del que hablamos nunca pensó encontrarse en tal situación, sin embargo en su pasado tomo decisiones que a la larga lo llevaron a tal oscuro estado, y es que cuando actuamos casi nunca nos detenemos a meditar cual será, a la larga, el resultado final de nuestras acciones, por ello es que al llegar el momento de las consecuencias muchas veces no entendemos donde se origino todo aquello.

La palabra de Dios nos dice algo muy interesante al respecto: “¡Atrapen esas zorras, atrápenlas! Aunque pequeñas, destruyen nuestras viñas,  que apenas están en ciernes.” (Cantares 2:15), son las pequeñas decisiones que tomamos, el cumulo total de ellas, las que definen nuestro posterior estado, tomar buenas decisiones hoy, nos llevara a tener una vida feliz en el futuro, tomar malas decisiones hoy nos llevara a la larga a llorar como aquel desesperanzado hombre, pareciera ser una regla muy simple, sin embargo no es tan comúnmente aplicada como debiese, pues muchas veces queremos tomar estas decisiones en cuanto a lo que queremos o deseamos en el momento sin pensar en que es lo que nos conviene, o que es lo que le agradaría a Dios que hiciéramos en esa situación.

Cuando nos encontramos ante una encrucijada, ante un camino que se bifurca ante nuestros ojos lo más recomendable será siempre detenernos un momento a examinar el sendero por el cual seguiremos adelante, muchas veces esta simple pausa nos dará las respuestas que necesitamos, pero cuando son miles de caminos y posibilidades las que se entrelazan ante nuestros ojos lo mejor y más sensato que podemos hacer es pedir a Dios dirección para nuestras vidas, los salmos dicen: “lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Salmos 119: 105), solo Dios es capaz de entendernos de tal manera que nunca se equivocara con respecto a aquello que es mejor para nosotros.

Deseo dejar acá esta publicación pero solo te pido que tomes un instante de tu apretada agenda y medites un momento en hacia donde te están guiando tus decisiones actualmente… Piensa en ello, Bendiciones.

1 comentarios:

Hermano, Dios le bendiga! tremenda meditación...sabe que tengo días de estar tratando de consolar mi corazón por malas decisiones tomadas hace más de 30 años. Solo Dios ha podido dar consuelo a mi vida, después de limpiarme, salvarme, regenerarme...Cuan importante es saber escuchar y comprender la voz de Dios en la toma de decisiones TODOS LOS DIAS!!. Adelante bro, es la orden del Señor.

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