Esta condición se denomina
fototropismo, palabra derivada de “fotos” que significa luz y “Tropos” que es
como se definen los movimientos permanentes de las plantas, durante la noche
cuando el sol no aparece en el cielo, esta planta se “contonea” por decirlo de
alguna manera, hasta llegar nuevamente a su posición inicial en la que recibirá los
rayos del sol por la mañana, la verdad yo no entiendo muy bien como es esto
pero asumo que para una planta ha de resultar un tanto difícil todo este
movimiento, sin embargo entiendo que lo hacen porque les es vital percibir la
luz del sol en toda su plenitud para poder desarrollarse completamente y a la
larga para poder subsistir.
Así como los girasoles
necesitan de la luz del sol para poder vivir, nosotros los seres humanos necesitamos
de la luz de Dios para nuestro alimento espiritual, necesitamos eso que
proviene del “Sol radiante de justicia” que es Cristo, por lo tanto, debemos como
los girasoles utilizar todos los medios y mecanismos a nuestro alcance para
captar esos rayos llenos de bendición para nuestras vidas de la mejor forma, Sin
embargo, pareciera que las plantas son un tanto más inteligentes en este
sentido, pues los girasoles debido a este movimiento se nutren de una manera
extraordinaria y desarrollan tallos bastante altos, llegando a medir incluso más
de 3 metros, no obstante, muchos de nosotros no avanzamos como deberíamos o como
pudiéramos en esta vida por no seguir a Dios durante toda ella, muchos
comenzamos a seguirle pero a mitad del camino nos apartamos de Él, muchos nos alejamos de Dios cuando parece que no está cerca nuestro,
cuando todo está oscuro y frio afuera, cuando no podemos percibir plenamente su
presencia, te imaginas que ocurriría si un girasol de pronto un día como a eso
de la media noche cuando el sol no está a la vista decidiera (suponiendo que
tuviera esa posibilidad de decisión), no moverse para recibir al sol por la
mañana? Los girasoles a su alrededor al moverse en la dirección correcta crecerían
mas grandes, mas fuertes y más bellos, mientras él dejaría de nutrirse y de deleitarse
con ese “Banquete Luminoso” y por lo tanto no crecería lo suficiente como para
brindar a nuestra vista su mayor esplendor.
Esto mismo pasa con
quienes por cualquier circunstancia dejamos de seguir a Dios y de percibir ese
alimento espiritual necesario para nuestro provecho personal, El Señor nos
conceda la gracia necesaria para ser (y permítanme nombrarle de este modo) “Teotrofístas”
y nunca alejarnos de su luz, y crezcamos sanos, fuertes y radiantes para gloria
de su nombre, movámonos con Dios, sigámosle durante el día cuando podemos ver
sus maravillosas bendiciones, y durante la noche cuando no son perceptibles a nuestros
sentidos utilicemos todo nuestro esfuerzo para llegar a la posición donde
nuestro bendito Sol regresara por la mañana, que nos encuentre esperándole cuando aparezca y así podremos saciar nuestra alma con su dulce bendición.
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