martes, 11 de octubre de 2011

Compasión: tú también la recibiste.

Quiero empezar por esto, pues el mundo esta carente de la compasión que tanto necesitamos. Es verdaderamente triste saber que cuando podemos ayudar a alguien en algo por muy pequeño que sea no lo hacemos. 


Hay oportunidades en nuestra vida que Dios pone para ver que tan compasivos somos con otras personas que al igual que tú, son a la imagen y semejanza de Dios; merecen tu ayuda.


Al pensar en esto se me viene a la memoria la historia del Buen Samaritano:


…Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. LC. 10.30-35


¿Cuántas veces hemos nosotros pasado de largo frente a la necesidad de alguien más? Esto no se trata de dinero o cosas materiales nada más, muchas veces con un solo abrazo o una palabra de Aliento estamos siendo compasivos con aquel que tanto necesita ser abrazado. Cuando puedas ayudar a alguien que necesita ayuda, hazlo no lo dudes, no busques recompensa pues quizá ni te lo pueda retribuir pero estas sembrando para más adelante recibir la cosecha.


Cuantas veces hemos sentido la Voz de Dios impulsándonos a ayudar a alguien más pero nos hemos endurecido a no hacerlo. No es suficiente solo sentirnos compasivos, sino SER compasivos; Jesús nos dio el mejor ejemplo de compasión, todos nosotros hemos recibido compasión ¿Por qué no darla? Al ver a alguien que no hace las cosas bien, que le gustan los chismes, que es mentiroso o es falso; usa la compasión con ellos; si ellos, tu o yo fuéramos perfectos no necesitaríamos la Compasión, pero la verdad es que necesitamos tanta.


Has el cambio hoy, pruébalo y verás.


Dios te siga bendiciendo.

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