viernes, 24 de agosto de 2012

Expectativas celestiales: ahora mis ojos te ven


No sé si te ha sucedido que cuando estamos llegando a un fin de año y recién comienza otro, siempre hay altas expectativas de que ese año será mejor que el que recién termina.

Lo triste empieza a suceder más o menos a medianos del año, o por ejemplo en esta época del año; quizá sea un mismo año como el anterior o peor; de bueno no ha tenido muchas cosas. Creo que no estoy solo en haber experimentado esta situación.

Hay un personaje que quizá en esa etapa que vivió sus buenas expectativas fueron quebrantadas al perder literalmente todo lo que tenía, excepto a Dios. Estoy hablando de Job. Si hay alguien que nos pueda dar cátedra de salir adelante es Job, ¡qué hombre más admirable!

Recién perdido todo, Job sufrió un asalto a sus convicciones pero me asombra la estatura y madurez en Dios de este hombre, lee bien estas palabras: En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. JOB 1.22.
Y a pesar de ser un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (JOB. 1.1) fue humano y tuvo debilidades, si lees el libro; puedes encontrar palabras que muestren su debilidad, pero todo esto tenía un propósito eterno de ese Dios del que nuestros pensamientos no son como los de Él, porque como son más altos los cielos que la tierra, así son sus caminos más altos que nuestros caminos, y sus pensamientos más que nuestros pensamientos.

Al final de tan dura prueba, Job entendió el propósito que Dios tenía… que lo conociera realmente y dijo De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. JOB. 42.5.

Quizá tus expectativas al inicio del año eran grandes, pero a estas alturas la esperanza de ver cumplida esa petición guardada en tu corazón que tanto anhelas ha desaparecido. Aunque sea difícil, eso no debe ser así; debemos mantenernos en expectativa de lo que Dios hará, porque Él tiene un propósito que cumplir.

¿En qué circunstancia han no has conocido al Señor? al Dios que sana, al que liberta, al que provee, al que restaura, al que salva, al que protege, al que fortalece, al que enamora… En cuál de ellas quizá solo de oídas lo has oído. A pesar que no “estés” en tu mejor etapa, sea cual sea, que tus expectativas en Dios no disminuyan sino se mantengan los más alto posible, y aún las más altas se verán sobrepasadas porque para que Dios obre no necesita nuestros recursos ni capacidades sino solamente que estemos dispuestos a creerle a Él y su poder se Glorificará en nosotros.

¿Estás dispuesto a decir como Job: Mas ahora mis ojos te ven?

Dios te siga bendiciendo.

2 comentarios:

¿En qué circunstancia han no has conocido al Señor? al Dios que sana, al que liberta, al que provee, al que restaura, al que salva, al que protege, al que fortalece, al que enamora… En cuál de ellas quizá solo de oídas lo has oído. A pesar que no “estés” en tu mejor etapa, sea cual sea, que tus expectativas en Dios no disminuyan sino se mantengan los más alto posible, y aún las más altas se verán sobrepasadas porque para que Dios obre no necesita nuestros recursos ni capacidades sino solamente que estemos dispuestos a creerle a Él y su poder se Glorificará en nosotros.

Esta parte es bien importante reflexionarla, reciban un afectuoso saludo desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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